Hola!!
Aca les dejo un poco de
historia sobre las feromonas.
Desde 1870, cuando el naturalista francés Jean Henri Fabre descubrió las polillas macho que volaban desde varias millas lejanas para visitar una polilla hembra enjaulada en su laboratorio, los científicos han realizado investigaciones sobre los efectos de las feromonas en el acoplamiento de diferentes insectos y animales.
Por ejemplo, las cucarachas macho se "vuelven locas" cuando están expuestas a una muestra cubierta con feromonas de cucarachas hembras.
Sin embargo no fue sino en 1986 que el Dr. Cutler, director del Instituto Athena de Pennsylvania, pudo comprobar la existencia de feromonas humanas y comenzó a documentar sus efectos en el sexo opuesto.
En los seres humanos, los feromonas se
activan en la pubertad. Los hombres y las mujeres producen cantidades variables de feromonas "masculinas"
- la androsterona y el androsterol respectivamente-, pero
solamente las mujeres secretan las feromonas "femeninas" de la cópula.
Estas Feromonas son producidas por las
glándulas apocrinas de la axila y los alrededores de los órganos genitales, las feromonas envían señales que son recibidas por el órgano vemeronasal (OVN), que se encuentra dentro de la nariz.
El órgano vemeronasal transmite estos mensajes a la parte del cerebro que maneja las sensaciones humanas más básicas, como alegría, tristeza, amor, odio y el instinto sexual.
Aunque no somos conscientes de las feromonas de otra persona -no podemos "olerlas" en el sentido tradicional-, ellas tienen un fuerte impacto en nosotros. Son las que encienden el impulso sexual, aumentan la fertilidad y ayudan a regular los ciclos menstruales de las mujeres.
Para sus estudios el Dr. Cutler fue recolectando sudor de las axilas de mujeres y hombres de alrrededor de los 20 años , quitando las bacterias y el olor, y usando el extracto. Los estudios desde entonces han demostrado algunos resultados asombrosos.
En un estudio, que fue realizado en mujeres jóvenes,
el 36% de las expuestas a las feromonas había tenido sexo durante las primeras tres semanas del estudio.
Entre quienes recibieron un placebo, solo el 11% tenía sexo semanalmente. Para el fin del estudio -14 semanas-, el 73% de los expuestas a las feromonas tenía sexo cada semana, mientras que las que recibieron placebo permanecían en 11%.
A otro grupo de 38 hombres, se les agregó una mezcla de alcohol y feromonas a su perfume habitual. Ninguno sabía cuál le había sido dado. Después de 8 semanas de usar la fragancia, el
47% de los usuarios de feromonas manifestaron que habían tenido más sexo que el habitual, comparado con solamente el 9,5% del grupo con placebo.
Existen muchas pruebas que demuestran los efectos de la
androsterona masculina en las mujeres.
En un estudio, rociaron una silla de una sala de espera de un consultorio de dentista con androsterona, mientras que todas las otras quedaron sin rociar.
Se observó que las mujeres se sentaron mucho más a menudo en esa silla tratada con feromonas.
Hicieron lo mismo en varias cabinas de teléfono, y encontraron que las mujeres querían hablar preferentemente en aquel que estaba rociado.
Una institución Australiana condujo un experimento sobre 306 hombres que usaban feromonas.
El noventa por ciento de ellos dijeron que ese producto había aumentado su atractivo en las mujeres.
La respuesta fue medida en función de:
Entablar una conversación: 61%
Empezar a conversar: 52%
Expresar interés en el hombre: 43%
Corresponder cuando él daba el primer paso: 40%
Dar elogios no solicitados: 36%
Peinar a los portadores del feromonas: 31%
Tocarlos: 30%
Excitarse sexualmente: 18%
Expresar un deseo sexual: 17%
Terminar teniendo sexo con ellos: 16%
Uno de los participantes del examen contó su experiencia: "Una noche en una barra de un bar al que concurro habitualmente, una mujer caminaba lejos de mí y me miraba. La segunda vez que la veo comenzó a acercarse directamente hacia mí, me dijo hola, y entablamos una conversación. A medida que se desarrollaba la charla me fui sorprendiendo cuando fue ella la que
tomó mis manos y luego me dio un beso en los labios".
No es sólo la atracción sexual la que aparece cuando usamos feromonas.
Los usuarios de estos productos dicen que la gente les presta generalmente más atención, los escuchan más cuando hablan, y son más amistosos en situaciones sociales.
Las feromonas parecen afectar las impresiones generales de la gente. En un estudio clínico mostraron a participantes que usaban mascarillas fotografías de edificios, árboles, animales, mujeres y hombres. Su tarea era clasificar a cada uno, según su impresión, en amigable/poco amigable, agresivo/pasivo, atractivo/no atractivo, etc.
Probaron dos veces a los participantes, con un intervalo de dos semanas entre ambas sesiones. Para la segunda prueba rociaron las mascarillas con feromonas sin el conocimiento previo de los participantes.
No se encontraron diferencias sensibles en las impresiones sobre los árboles y edificios. Los animales eran considerados levemente más agresivos. Pero, en cambio, las mujeres consideraron a los hombres más amistosos, sensibles, inteligentes, atractivos, confiables y buenos.
Como podemos fácilmente imaginar,
varios productos con feromonas invadieron el mercado, tanto para hombres como para mujeres. La mayoría se hacen de versiones sintetizadas en laboratorio de las hormonas masculinas y femeninas.
Cuantas más feromonas contenga más caro va a costar. El más caro llega a costar alrededor de 100 dólares y solamente contiene una pequeña dosis, aunque al estar tan concentrada perdura durante mucho tiempo.
Existen perfumes concentrados que se pueden agregar a tu colonia o loción para después de afeitarse. Podés experimentar aplicándolo a tu ropa y a tu piel.
Ambos métodos tienen efectos diferentes. Debido al calor del cuerpo al rociarlo en la piel se evaporan rápidamente, y por eso
sirven para una acción instantánea, de atracción inmediata. Las bacterias de la transpiración y de la superficie de la piel alejan y eliminan rápidamente a las feromonas.
En cambio, el rociado en la ropa produce un efecto más duradero y prolongado. Pero depende del material de las prendas que utilices.
¿Cómo diferenciar un producto efectivo de una colonia ineficaz que promete soluciones y no brinda ningún resultado?
Cuando compres el producto debés hacerte estas preguntas:

¿El dinero que gasto me lo garantizan? La mayoría de las marcas respetables ofrecen esto.

¿La información del producto indica claramente que las feromonas están presentes, de qué tipo son y en qué cantidad vienen? Hay diferentes mezclas, pero buscá preferentemente la androsterona y el androsterol, y para las mujeres la copulina.

¿Son verdaderos los resultados publicitados?
Hay una semejanza con el perfume común: parece que las distintas fórmulas con feromonas pueden actuar diferentemente en cada individuo. Por ello, lo recomendable es experimentar con los diferentes tipos de producto, hasta encontrar el adecuado para vos.
En mi caso todavía no he probado ninguna feromona pero estoy con ganas de comenzar.
Por supuesto les coy a contar mi experiencia!
Saludos,
MAX